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Zumo de Granada nuestro alimento sea nuestra medicina

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Si queremos que nuestro alimento sea nuestra medicina, como decía Hipócrates tenemos en la granada un buen aliado. El consumo de zumo de granada está creciendo después de saberse que tiene gran capacidad antioxidante, esto es, ayuda a neutralizar el efecto dañino de los radicales libres en las células, ayuda a prevenir numerosas patologías incluidas las neurodegenerativas, las cardiovasculares y el cáncer, así como el envejecimiento prematuro.

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Lo que más sorprendió de la granada es su bioquímica, sus virtudes las debe a la gran cantidad de sustancias nutritivas que se encuentra en su fruto. Tiene una gran cantidad de ácido púnico que no se encuentra en ninguna otra planta.

La granada es muy rica en vitaminas: A, B, C y E, y minerales: fósforo, cloro, manganeso, silicio, zinc, calcio, magnesio, cobre, hierro, pero sobre todo en potasio, necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular, además de intervenir en el equilibrio de la bomba sodio-potasio.

Muy rica en fibra y con pocas calorías, es ideal para personas con bulimia.

En los últimos años gracias a las investigaciones realizadas se sabe que ayuda a neutralizar los efectos nocivos de los radicales libres previniendo la oxidación, purifica la sangre, evita la formación de placas de ateroma, alivia la acidez estomacal, ayuda a hacer la digestión, regula la presión sanguínea, tonifica el organismo, refuerza el sistema inmune y ayuda a prevenir la aparición de numerosas enfermedades.

Su uso está especialmente indicado en los siguientes casos:

Trastornos intestinales: Por su acción astringente, diurética y antiinflamatoria sobre el tracto digestivo conviene en caso de: diarreas infecciosas debidas a gastroenteritis o colitis, en caso de gases y cólicos intestinales, colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn. Contribuye a regenerar la flora bacteriana intestinal.

Parásitos intestinales: Los tabiques internos de la granada y la corteza del árbol y del fruto tienen un alcaloide de acción vermífuga, hace expulsar los parásitos intestinales y en especial en caso de la tenia o solitaria, que según la dosis la paraliza o la mata.

Acidez de estómago, hernia de hiato: frena la producción de jugo gástrico y desinflama el estómago irritado, ya Hipócrates utilizaba su zumo como remedio para los males de estómago e intestino.

Anemia por falta de hierro: ya que es rica en hierro y el hecho de que además sea rica en vitamina C y cobre facilita la absorción del hierro.

Arterioesclerosis: por su riqueza en flavonoides y en vitaminas antioxidantes, que detienen el proceso de envejecimiento arterial, se recomienda la granada en caso de falta de riego arterial, es por tanto, preventiva del infarto, y en la alimentación del cardíaco. Una cura con zumo de granada desintoxica, y mejora la fluidez de la sangre regenerándola. Reduce los niveles de colesterol malo en sangre y evita la formación de placas de ateroma (acumulación de colesterol), en las paredes arteriales previniendo así su endurecimiento, y reduciendo el riesgo de arteriosclerosis. Reduce el estrés oxidativo y la oxidación de las LDL, colesterol malo, sin modificar el perfil lipídico plasmático.

Hipertensión: por su riqueza en potasio y su carencia en sodio, conviene en la dieta del hipertenso, un zumo de granada al día puede bajar la presión sistólica un 5%.

Trastornos del metabolismo: recomendable en caso de gota, exceso de ácido úrico y obesidad, por su efecto alcalinizante y depurativo.

Osteoartritis: es condroprotectora, bloquea las enzimas que contribuyen a la degradación del cartílago.

Cáncer: en la universidad de Madison (Estados Unidos) comprobaron que la ingesta regular de zumo de granada inhibe el crecimiento y desarrollo de células de cáncer de próstata. Su consumo puede retrasar o evitar la necesidad de otras terapias más agresivas o con efectos colaterales negativos. Las investigaciones hoy se están extendiendo a los tumores mamarios y a los melanomas.

Hiperuricemia, litiasis renal, obesidad o hipertensión: en estos casos es muy interesante por sus propiedades depurativas y diuréticas y mejora la función de los riñones.

Inflamaciones crónicas y de las mucosas digestivas, faringitis, sinusitis crónica y otitis. Para las otitis crónicas supurantes es casi el único remedio natural útil y duradero. Y en gargarismos alivia la tos persistente.

Previene el envejecimiento de la piel y aparición de manchas, ya que, en sus semillas presenta la isoflavona genisteina, la misma isoflavona de la soja y los fitoestrógeno cumestrol y estrona, es el único vegetal conocido que contiene esta hormona, por todo esto es ideal para tratarmodificaciones cutáneas de la mujer a partir de los 40 años.

Además de los altos niveles de polifenoles antioxidantes y de flavonoides en el zumo y en la piel, los investigadores obtienen de las semillas secadas y molidas un aceite único del cual el 80% es ácido púnico.

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Síntomas asociados a la menopausia: por su acción estrogénica.

Si durante el embarazo se toma zumo de granada sus ingredientes neuroprotectores harán que se reduzca el riesgo de un flujo deficiente de sangre y por tanto de oxígeno en el cerebro del bebé, sobre todo si se da un parto prematuro.

La combinación de compuestos de la granada actúa de distinta manera que si se utilizan por separado, se da una sinergia, la acción de una sustancia refuerza la otra, por eso es más potente.

Cada granada contiene entre 400 y 800 semillas. Una vez secas se extrae el valioso aceite por primera presión en frío. Se necesitan media tonelada de granadas para obtener un litro de aceite de sus semillas.

Podemos conseguirla en el herbolario durante todo el año, pero en otoño aprovechemos para consumirla fresca y disfrutemos de su colorido además de sus expléndidas cualidades, saquémosle jugo que bien vale la pena el esfuerzo.

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